lunes, 26 de julio de 2010

Eter


Quiza fue que lo cuestione demaciado. Quiza era cierto, tal vez no. En ese momento, era un enorme dolor fisico el que me asechaba, quemaba mi piel rota, me quitaba el aire, y comprimia lentamente el espacio . Dirigi la vista hacia el espejo, el mismo hombre de ojos pesados que aparecia en mis sueños me sonreia dulcemente, lleno de cuestiones que no podia responder. Era joven, fuerte, no tenia temor a nada. Pero justo ahora, ante el hombre del espejo, no era capaz de mentir, estaba siendo observado y no podia evitarlo.

-Tengo miedo- dije- y sin embargo, no di un solo paso

Estabas mirandome, los ojos antaño llenos de pasion, me rompian en pedazos. Creo que imagine un par de palabras exaladas por tus labios llenos mi sangre. Algo que siempre soñe, amor y no orden, ningun vinculo, ningun dolor, nisiquiera esa falsa escencia que siempre crei persivir desde que te encontre llorando en aquel prado. Tu cada dia pareciendoem mas viva, mas alegre, mas serena, pensaba que del mundo querias conocelo todo, que todo era nuevo y que en realidad estaba llenando tu ser de esperanzas. Un futuro, un matrimonio y un par de hijas de belleza solo comparable con la tuya, mujer dulce,virgen, joven...
pero solo eran iluciones mias, reflejos de una falsa realidad

-Tu, el que he esperado por tanto tiempo, Argoyle, el poeta, la muerte no te envolvera en su manto

-¡¡¡Muerte dices!!!¿que puedes saber tu?

-Nada mejor que un cadaver para que la entiendas

Despues de eso, no pude entender mas. Te sujetaste a mi muñeca con fuerza y me tiraste al suelo, besaste mis labios. Crei que en ese momento concretarias tus verdaderos sentimientos hacia mi. Solo fue una mas de tus mentiras, lo se. -Cierra tus ojos- dijiste. Confie en ti, te sonrrei y me deje llevar. Rodabamos por el suelo frio, me besabas, te dejabas hacer y yo me sentia dichoso. A segundos de mi final, queria mirarte. Fui incapaz, creo q si hubiera abierto los ojos, te habria alejado de mi antes. Dos dagas brillantes y finas recorrieron mi cuello y lo penetraron. No pude escapar, ni resistirme antes tu encanto, el maldito hechiso que termino con mi vida



-Tengo miedo- dije- y sin embargo, no di un solo paso. Ahora han pasado tantas eternidades que nisiquiera me di cuenta. Cada noche, mientras digo tu nombre entre susurros helados, el hombre del espejo me preguntaba por ti, quiza era yo quien le preguntaba a el. No habia repuesta

2 comentarios:

  1. Lo siento... eso es producto de mi deprecion y mi presión, mas mi joven enamorado... mala mezcla, creo

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